Ansiedad, Medicina y Fe: Navegando con Dios

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Filipenses 4:6-7: “Por nada estén afanosos, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

En lo que respecta a la salud mental, y específicamente la ansiedad, creo que solo Dios nos sana genuinamente. Desafortunadamente, la mayoría de los medicamentos psiquiátricos disponibles principalmente tratan los síntomas y no sana la enfermedad.  Para obtener más información al respecto, por favor escuche esta conferencia (en ingles) del psiquiatra Dr. Ghaemi, quien es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts y conferencista en la Facultad de Medicina de Harvard:  Episodio 6:  Medicamentos psiquiátricos.  

Aprendiendo sobre la ansiedad en la escuela de medicina

Nunca me he considerado una persona ansiosa. Claro, he tenido mis momentos, como todos los demás, de poquito nervioso o tristeza, pero nada que me afecte mucho.  Sinceramente, no pensé mucho en estos diagnósticos y no los consideré un “gran problema” al aprender sobre ellos en la escuela de medicina.

Mientras estaba en la escuela de medicina, el curso de psiquiatría fue pan comido para mí, y uno en el que simplemente leía el plan de estudios días antes del examen y aún así lograba hacerlo bien. El verdadero enfoque estaba en todas las demás “cosas” en medicina, o eso pensaba.

Mi esposa “colapsa” con ansiedad

Años después, trabajando como médico, mi querida esposa, Rachel, experimentó un fuerte episodio de ansiedad. En el pasado, había tenido algunos episodios de ansiedad, pero nunca tan intensos. Su ansiedad era persistente y debilitante, hasta el punto de desesperar incluso de la vida misma.

Rachel se preocupaba sin parar y tenía dificultades con tareas como cocinar, limpiar, conducir y tomar decisiones. Lo más importante, no podía cuidar de nuestros tres hijos pequeños; en ese momento tenían 1, 3 y 5 años. Así que no esperamos mucho antes de llamar a sus padres, que viven en McKinney, Texas, para pedir ayuda. Vinieron al día siguiente. ¡Gracias al Señor por la familia!

Rápidamente coordiné con un colega que le recetó un medicamento. Eso fue solo parte de su plan de tratamiento, ya que también probamos otras modalidades para ella, incluyendo asesoramiento, una variedad de suplementos, sesiones quiroprácticas que incluyeron acupuntura, ketamina intravenosa y reemplazo hormonal. Y aún así, nada parecía ayudarle, lo cual fue muy frustrante para mí. ¿Cómo podía no responder a algo? Incluso recé al Señor para que me permitiera llevar toda o parte de su ansiedad sobre mí mismo para que ella mejorara.

Su ansiedad duró 3-4 meses, pero solo agradezco al Señor que en Su tiempo, Rachel mejoró.

Factores contribuyentes para la ansiedad

La ansiedad. Suena tan simple, pero puede incapacitar a una persona. Este problema mental suele ser multifactorial y generalmente está asociado con la depresión. La combinación de estar pegado a nuestros teléfonos, la explosión de información y la falta de interacción humana, lo que lleva a un aumento del aislamiento, son factores principales del crecimiento exponencial de la ansiedad. ¿Recuerdas lo simple que era la vida antes de las redes sociales y los iPhones?

Nuestra sobrecarga mental con la ansiedad por el uso del teléfono equivale a la disminución de la calidad de nuestra dieta, donde los alimentos son mucho más procesados, llenos de colorantes, conservantes, hormonas y pesticidas/fungicidas que son perjudiciales para nuestros cerebros. No tienes que ser un detective o un mago de la nutrición de alto coeficiente intelectual para darte cuenta de que nuestra mala dieta ha causado la gran mayoría de los problemas médicos crónicos que afectan a un buen porcentaje de personas, y los problemas de salud mental no son una excepción.

Dieta saludable para el cerebro

Quería compartir contigo algunas cosas clave que son extremadamente beneficiosas para la salud mental/cerebral. Si quieres explorar más a fondo este tema, te recomiendo que leas el libro “El Fin del Alzheimer”, del neurólogo Dr. Dale E. Bredesen, y “El Fin de las Enfermedades Mentales”, del psiquiatra Dr. Daniel G. Amen. Por favor, consulta con tu médico sobre cualquier cosa que pueda interpretarse como consejo médico de mi parte o de estos médicos antes de intentar cualquier cosa, pero en pocas palabras, esto es lo que les digo a mis pacientes:

  1. Haz ejercicio con frecuencia, especialmente al aire libre, todos los días.
  2. Consume grasas saludables (aceite de MCT orgánico, aceite de pescado, salmón, frutos secos mixtos y aguacate), frutas y verduras frescas y una variedad de carnes, preferiblemente orgánicas.
  3. Reduce los carbohidratos simples.
  4. El ayuno es esencial, ya sea ayuno intermitente o prolongado.
  5. Limita el uso de tu teléfono u otros dispositivos electrónicos. ¡Toma un libro físico y léelo! ¡Lee la Biblia!
  6. ¿Ayudan los medicamentos? ¡Absolutamente! Pero solo para los síntomas (con la excepción de ciertos estabilizadores del estado de ánimo y litio).

Así que querido vecino, si tú o alguien que conoces está sufriendo de ansiedad debilitante, ¡no desesperes! Recomiendo que busques asesoramiento médico de un profesional. Para tu alma y espíritu, nutre tu mente con la palabra de Dios y permite que las personas que realmente aman al Señor oren por ti. Espera en el Señor y espera a que tu cuerpo se sane por sí mismo. No durará para siempre.

Que Dios nos dé más sabiduría para cuidar nuestros cuerpos, cerebros y mentes. Que el Señor nos guíe hacia una forma de vida más simple con hábitos y pasatiempos saludables, la mejor nutrición y mas conexión con los demás. 

“Envió su palabra y los sanó…” Salmos 107:20.  

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